Encuentro 2018 por la ciencia digna

Submitted on 18/12/2018

La obediencia epistémica en la ciencia: colonialidad extractivista. En el origen, el problema estuvo en el cientificismo positivista como parte del modelo colonial europeo. Ni aquel, ni la actual tecnociencia productivista del neoliberalismo, son alternativas válidas para los pueblos proveedores de recursos. Ahí aparece claramente el desafío de lograr poner el conocimiento científico al servicio de la armonía necesaria entre las necesidades de la sociedad y la naturaleza —no hablamos de demandas producidas por el consumo indiscriminado—, que encause la curiosidad y la búsqueda que dinamiza la ciencia, hacia una verdadera función social.

Andrés Carrasco

 

Estamos viviendo un momento muy particular de la humanidad en el que cada vez nos vamos acercando más a los bordes del abismo.

Porque cada día que pasa avanzamos un paso más en la destrucción de nuestro hogar común.

Porque cada día que pasa el miedo, el consumismo, la xenofobia y nuestros peores impulsos destructivos se van acentuando y generando una sociedad cada día más excluyente, cada día más cercana a los fascismos que nos horrorizaron durante el siglo XX y que creíamos cosa del pasado.

Una de las particularidades de estos tiempos tan especiales es que tenemos toda la información que necesitamos para saber hacia donde estamos avanzando.
Ya no solamente la sociedad civil, si no las Naciones Unidas desde sus distintos ámbitos nos hace saber que no podemos seguir por este rumbo.

Y la ciencia aporta cada día miles de datos sobre los que se apoya este diagnóstico: la destrucción de la biodiversidad, la destrucción de los suelos, la contaminación y privatización del agua, la aparición de superbacterias resistentes a antibióticos, la crisis climática tienen ya números concretos que anuncian un destino peor que el de cualquiera de las novelas y películas de ciencia ficción que nos anunciaron lo que venía durante los últimos cien años.

Sin embrago la tecnociencia, aquella que debería aportar las soluciones que necesitamos (y que están al alcance de nuestras posibilidades reales de instrumentación) se empeña en proponer falsas soluciones que lo único que hacen es profundizar los caminos de la aniquilación.

Así es como la geoingeniería, los nuevos transgénicos producidos por edición genética, la agricultura climáticamente inteligente, los alimentos biofortificados, la biología sintética y otras “nuevas tecnologías” se nos ofrecen hoy como las soluciones mágicas para todos los problemas.

Todas ellas reúnen características comunes que podemos sintetizar en los siguientes puntos:
- No enfrentan las causas concretas de los problemas que hoy enfrenta la humanidad si no que implican “parches” que dejan intacto al sistema que nos llevó a esta situación
- No abordan la integralidad ni la complejidad de las problemáticas para las que se las plantea como solución si no que ofrecen respuestas parciales y fragmentadas.
- No cuestionan las relaciones de poder, ni las desigualdades, ni el paradigma, ni la colonialidad, ni el patriarcado que hoy se impone como sistema único de vida.
- Recurren permanentemente a la mentira para imponer sus propuestas. El ejemplo más concreto es el del agronegocio con su discurso “necesitamos incrementar la producción de alimentos para alimentar a una población creciente”. Esta falsedad no puede sostenerse bajo ningún punto de vista científico pues es muy claro que se producen hoy en el mundo alimentos suficientes para 12 mil millones de personas.
- Implican siempre “soluciones de mercado” con grandes corporaciones impulsándolas y haciendo negocios millonarios con ellas.
- Suponen siempre tecnologías complejas y mecanismos centralizados de control.
Todo esto ocurre en connivencia con las grandes corporaciones, los medios masivos de comunicación y los gobiernos cómplices que solo representan a los capitales que los han ayudado a llegar al poder.

Desde la Unión de Científicos comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina, avanzamos en un recorrido en el que después de 3 años de nuestro nacimiento nos vemos fortalecidos para cuestionar frontalmente este sistema de muerte y avanzar en lo que estamos convencidos será la semilla de una nueva sociedad.
Porque hacemos carne el desafío que Andrés Carrasco nos dejó como legado antes de su partida física: “Existe la necesidad urgente de establecer una red de científicos con capacidad de interpelar, con concepciones más respetuosas de la complejidad, a las empresas y a aquellos en las comunidades científicas que sostienen y promueven los OGM”.

Porque vamos caminando junto a los pueblos de América Latina que desde sus luchas cotidianas nos siguen enseñando y fortaleciendo.

Porque estamos comprometidos con la construcción de otro modelo de investigación científica que esté al servicio de los pueblos, pero que fundamentalmente sea construido junto a los pueblos.

Porque enraizamos en las propuestas de Soberanía Alimentaria y Buen Vivir; paradigmas que campesinas y campesinos y pueblos originarios nos han obsequiado.

Porque sabemos que es posible encontrar caminos para convivir en armonía entre seres humanos y con la naturaleza y tenemos las herramientas para poder hacerlo.

Porque entendemos esencial transitar el camino hacia una nueva relación entre los seres humanos y las bacterias, centrada en la armonía.

Porque sabemos que la ciencia no es neutra y solo puede tener sentido cuando va de la mano de la construcción de una sociedad más justa, más libre, más diversa.

Por eso invitamos a todas y todos aquellos que se sienten comprometidos con la Ciencia Digna a sumarse a este espacio que imaginamos como una red viva, creativa y cuestionadora.

Por eso iniciamos el proceso de edición de una publicación propia en la que podamos dar voz a todo el trabajo que silenciosamente miles de investigadores e investigadoras vienen  haciendo en distintos lugares de nuestra Patria Grande Abya Yala.

Por eso los convocamos para encontrarnos nuevamente en el V Congreso Internacional de Salud Socioambiental y II Encuentro Intercontinental “Madre Tierra: Una Sola Salud” en Rosario en junio del 2019 e invitamos a volver a convertir a ese Encuentro en una fiesta de la diversidad y la alegría, bajo el lema “Ciencia Digna para la Salud de los Ecosistemas”.

Rosario, 13 de noviembre de 2018